Grupo de Los 5
Sarah Grilo / José Antonio Fernández-Muro / Miguel Ocampo / Kazuya Sakai / Clorindo Testa
7 de abril al 31 de mayo de 2022
La galería Jorge Mara – La Ruche tiene el agrado de anunciar la exposición – Grupo de los 5 – dedicada a cinco grandes artistas reunidos por la emblemática galería Bonino de Buenos Aires en los años 50 y 60.
–
–
Cinco Artistas de Bonino
Por Juan Cruz Andrada
La galería Bonino se presenta, todavía hoy, como un ejemplo de éxito. A lo largo de sus casi treinta años de existencia (1951-1979) logró construir un modelo comercial fértil que sirvió como plataforma de apoyo para algunos de los artistas más prestigiosos del país. Su proyección a nivel local en la década del cincuenta e internacional a partir de los años sesenta, la constituyeron como un espacio central en los procesos de construcción de valor, simbólicos y económicos, del arte argentino.
La historia de la galería Bonino fue estudiada en múltiples oportunidades (1), en especial la de su director, Alfredo Bonino, que supo construir una red de relaciones complejas que lo ayudaron a consolidar el prestigio casi mítico que logró darle a la institución. En este sentido, la historia del éxito de la galería se le debe tanto a Alfredo Bonino cómo a sus esposas Giovanna y Fernanda, a su amigo y socio Enzo Menichini; su asistente Guillermo Whitelow, que en los años setenta pasaría a ser director del Museo Moderno de Buenos Aires y a críticos como Manuel Mujica Lainez, Julio Payró y Jorge Romero Brest, entre otros. No obstante, en esta trama de relaciones interpersonales, son los artistas los que merecen una mención especial
Desde que a fines del siglo XIX se consolidó el sistema moderno de galerías como forma de construcción de valor artístico y comercial, los artistas vieron su fortuna crítica entrelazada de manera profunda con la suerte de los espacios que los promovían. De esta manera, la relación entre artista y galerista, en muchas ocasiones, excedía el mero interés comercial para construirse en un vínculo de amistad y respeto muto que solía perdurar en el tiempo. Este es el caso de los cinco artistas presentados en esta exhibición.
La Galería Bonino abrió sus puertas en mayo de 1951 y en su exposición inaugural, Francia a través de 15 pintores argentinos, incluyó obras de Sarah Grilo (1917-2007), José Antonio Fernández Muro (1920-2014), y Miguel Ocampo (1922-2015). Para esa época los artistas tenían alrededor de 30 años y presentaban una alternativa más libre a las abstracciones geométricas desarrolladas por los grupos concretos de los años cuarenta. Este fue el inicio de una fructífera relación de amistad, artística y comercial que se tradujo en múltiples exposiciones a lo largo de las décadas siguientes tanto en Buenos Aires, como en el exterior. Tan fuerte era su vínculo que, según Guillermo Whitelow, “Grilo y Fernández Muro eran como niños mimados, él los promovía [Alfredo Bonino] todo lo que podía, y cuando va a Brasil trata de imponerlos allá” (2)
Similar es el caso de Clorindo Testa (1923-2013) que tras su primera participación en 1955 en una exhibición colectiva titulada 6 Pintores y 2 Escultores, pasó a formar parte del elenco estable de la galería. Pero la confianza que Bonino tenía en las propuestas estéticas de Testa se hizo explícita cuando el galerista lo contrató para que diseñara el nuevo espacio de la galería sobre la calle Marcelo T. de Alvear inaugurada en 1969. De neto corte moderno, el nuevo espacio ofrecía las comodidades de haber sido diseñado para satisfacer las necesidades específicas de una galería de arte. En este sentido, el arquitecto puso al servicio del espacio expositivo toda su experiencia como artista de la galería creando un grado de personalización y de impronta individual nunca visto hasta ese momento en una galería de arte local.
El último en incorporarse a la galería fue Kazuya Sakai (1927-2001) que expone por primera vez en 1958 y lo continúa haciendo hasta 1963, año en que la galería publica un libro dedicado al artista escrito por Jorge Romero Brest.
La edición editorial fue una estrategia recurrente y central utilizada por la galería Bonino para promocionar y construir el valor de los artistas que representaba. En esta línea, Ediciones Bonino publicó en 1960 un libro dedicado a los cinco artistas y a Josefina Robirosa (en ese momento firmaba Miguens) escrito por Hugo Parpagnoli. No casualmente, esta publicación coincidió con la muestra que Grilo, Fernández Muro, Ocampo, Sakai y Testa compartieron en el Museo Nacional de Bellas Artes y a partir de la cual se les dio el nombre de “Grupo de los 5” aunque ya en el mismo texto de la exhibición Romero Brest afirmara:
En verdad no forman estos pintores lo que se estaba acostumbrado a llamar un grupo hasta hace algún tiempo. Tan es así que no cabe posibilidad de bautizarlo, pues cada uno sigue su trayectoria propia, respondiendo a una voluntad acendrada de ser personal. (3)
Resulta imposible agotar en pocas palabras lo que fue la relación de estos artistas con la galería que los representó por tantos años. Los archivos muestran un constante intercambio de cartas en las que se tratan temas tan diversos como la transferencia de dinero por la venta de una obra, felicitaciones por algún acontecimiento artístico importante hasta saludos de navidad. A lo largo del siglo XX las galerías de arte como Bonino fueron espacios vivos cuyo objetivo trascendía la simple venta de obra. Eran espacios de sociabilidad, de debate, de exploración desde donde se ayudaba a motorizar y consolidar la carrera de los artistas, como los aquí expuestos, que hoy son considerados maestros indiscutidos.
Juan Cruz Andrada
(22/03/2022)
1. Distintos escritos sobre la galería Bonino fueron publicados en AA.VV., Espigas muestra Bonino, Buenos Aires, Fundación Espigas, 2019.
2. Entrevista de Andrea Giunta a Guillermo Whitelow publicada en AA.VV., Espigas muestra Bonino, op. cit.
3. Jorge Romero Brest, F. Muro, Grilo, Ocampo, Sakai, Testa, Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, 1960.