El color de los sueños / Escenas de la monocromía
Noviembre de 2015 a marzo de 2016
Arnaiz – Greco – Grilo – Kemble – Kirin – Lecuona – Lío – F. Muro – Macaparana – Minujín – Pakovskà – Pucciarelli – Sacerdote – Sakai – Sclavo – Stupía
Una mancha azul sobre la tela blanca y al lado de ella las palabras: ceci-est-la-couleur-de-mes-rêves. Así nombró Joan Miró a su cuadro monocromo.
Muchos otros artistas -antes y después- se sintieron atraídos por el uso de un color único en sus obras. Klee, Kandinsky, Fontana, Klein, Malevich pintaron obras monocromas. A veces el predominio de un color se asocia indisolublemente con el artista: Ives Klein es azul, a Beuys y a Jasper Johns se los identifica con el gris, a Rothko y a Tapies con los tostados rojizos. El negro es Goya y también Ad Reinhardt , Millares y Saura. El gris evoca a Joseph Beuys, Jasper Johns y Robert Morris. El azul es Miró; el rojo pertenece a Matisse y Newman. El tostado rojizo pertenece a Rothko y Tapies. El negro es Goya y también Millares, Ad Reinhardt, Saura…
La historia del arte ofrece ejemplos de diversos significados potenciales para la pintura monocroma. Esta es a veces negación y otras veces afirmación. La monocromía es un vacío que por definición significa ausencia de imagen. El rectángulo de un solo color es una tabula rasa en la que la única relación que cuenta es la que existe entre esa superficie pictórica y el espectador.
Las primeras pinturas totalmente monocromas, las tres telas que Rodchenko pintó en 1915, Rojo, Amarillo, Azul, expresaron una vuelta a los a los colores primarios, es decir, a los principios. Para los artistas de la vanguardia revolucionaria, el objetivo era ir “más allá de la pintura”. La tabula rasa corresponde al impulso revolucionario de volver a empezar: los constructivistas rusos y polacos, la Escuela de Nueva York en la post-guerra, Burri, Fontana y Manzoni en Italia, Ives Klein en Paris, el grupo Zero en Alemania utilizan la monocromía en la inmediata post guerra. Durante la dictadura de Franco la abstracción española se caracteriza por la pintura casi negra. Negros son los cuadros típicos de Saura, incluida una serie basada en las pinturas negras de Goya. De hecho, la primera identificación específica de las pinturas de un solo color en la historia del arte remonta a la serie de frescos que Goya pintó en la Quinta del Sordo, conocidas como “las pinturas negras”. Su Perro semi-hundido” (1819) es, sin duda, la primera obra monocroma de la historia del arte.
A partir de ahí muchos fueron y son los artistas que aspiran – a través del uso de un color único- a un silencio elocuente, a una irradiación de luz y color o a una oscuridad implacable. En la presente exposición presentamos diversas obras, en su mayoría de artistas vinculados a nuestra galería, que exploran en sus obras y a su manera este singular y complejo uso de un color dominante.